Jutba pronunciada en la Husainiya Imam Rida (P) de Sevilla, el 12 de mayo de 2017

1ª Parte: La interacción social con los no musulmanes

لا اِلـهَ اِلاَّ اللهُ الْعَظيمُ الْحَليمُ لا اِلـهَ اِلاَّ اللهُ رَبُّ الْعَرْشِ الْكَريمُ اَلْحَمْدُ للهِ رَبِّ الْعالَمينَ

la ilaha illal lahu al‘athimul halimu la ilaha illal lahu rabbul ‘arshil karimul hamdu lillahi rabbil ‘alamin

No hay divinidad sino Allah, el Infinito, Prudentísimo. No hay divinidad sino Allah, Señor del Trono Glorioso. Alabado sea Allah, Señor de los universos.

اَلْحَمْدُ للهِ الاَوَّلِ قَبْلَ الاِنْشاءِ وَالاِحْياء وَالاْخِرِ بَعْدَ فَناءِ الأشْياء

alhamdu lillahil auuali qabla l'insha'i ual ihia'i ual 'ajiri ba'da fana'il ashia'i

Alabado sea Allah, el Primero anterior a la creación del universo y los seres vivos y el Último luego de la desaparición de todas las cosas.

اَلْحَمْدُ للهِ الَّذى لَمْ يُشْهِدْ اَحَداً حينَ فَطَرَ السَّمواتِ وَالاَرْضَ

alhamdul lil lahil ladhi lam iushhid ahadan hina fataras samauati ual arda

Alabado sea Allah, aquel que no tuvo testigos cuando creó los cielos y la tierra

وَلاَاتَّخَذَ مُعيناً حينَ بَرَأ النَّسَماتِ

ua lat tajadha mu'inan hina bara'an nasamati

y no necesitó ayudante cuando creó los seres.

للّـهُمَّ صَلِّ عَلَى مُحَمَّـدٍ وَآلِ مُحَمَّـد

allahumma salli 'ala muhammadin ua ali muhammadin

Allahumma Bendice a Muhammad y a la Familia de Muhammad

وَصَلَّى اللهُ عَلَى رَسُولِهِ، والأَئِمَّةِ الْمَيامِينَ مِنْ آلِهِ

ua sallallahu 'ala rasulihi ual a'immatil maiamina min alihi

y que Allah Bendiga a Su Mensajero y a los santos Imames de su Familia,

وَسَلَّمَ تَسْـلِيمًا كَثِيـرًا

ua sallama tasliman kaziran

y les otorgue abundante Paz.

صَلَّى اللّهُ عَلَيْهِمْ أَجْمَعِينَ، وَلَعَنَ اللّهُ أَعْداءَ اللّهِ ظالِمِيهِمْ مِنَ الاَ وَّلِينَ وَالاَخِرِينَ

sallal lahu 'alaihim ayma'ina ua la'anal lahu a'da'al lahi thalimihim minal auualina ual ajirina

Allah os bendiga a todos y maldiga a vuestros enemigos, los opresores, desde el primero al último.

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AS SALAMU ‘ALAIKUM

Dice Allah (SWT) en el Generoso Corán:

لاَ يَنْهَاكُمُ اللَّهُ عَنِ الَّذِينَ لَمْ يُقَاتِلُوكُمْ فِي الدِينِ وَلَمْ يُخْرِجُوكُم مِّن دِيَارِكُمْ أَن تَبَرُّوَهُمْوَتُقْسِطُوا إِلَيْهِمْ إِنَّ اللَّهَ يُحِبُّ المُقْسِطِينَ

La ianhakumu Allahu ‘ani allathina lam iuqatilukum fi alddini walam iujriyukum min diarikum an tabarruhum watuqsitu ilaihim inna Allaha iuhibbu almuqsitina

«Dios no os prohibe que traéis con amabilidad y equidad a quienes no combaten vuestra fe ni os han expulsado de vuestros hogares. En verdad, Dios ama a quienes son equitativos».

Corán 60:8

Como musulmanes que vivimos en una sociedad donde somos una minoría, y en el caso de los autóctonos una ínfima minoría, el tema de nuestra relación con los no musulmanes es un aspecto principal en nuestra cotidianeidad que merece ser abordado,

El Islam evidentemente tiene enseñanzas que nos hacen distinguirnos del resto de la sociedad que nos rodea en muchos aspectos de la vida, sin embargo, de igual modo, el Islam nos llama a vivir una vida normal dentro de la sociedad en la que nos encontramos, formar parte de ella, llegando a plasmarse esta afirmación en la propia shari’a la cual por una parte nos obliga a cumplir con las leyes de los países en los que vivamos y por otra por ejemplo considera reprobable el hecho de llamar la atención vistiendo, aparentando o comportándose de una manera provocativamente distinta a la del común de la gente.

La normalidad, dentro del margen del respeto a los límites de la religión es el camino que el Islam nos enseña, lejos de guetos, comunas o aparentes burbujas sociales de autoaislamiento que algunos propugnan.

El musulmán es aquella persona que vive su Islam correctamente en la sociedad que le toque vivir, siendo un integrante más de la misma y sabiendo interactuar con el resto de esa sociedad, independientemente de que esta en su mayoría no sea musulmana.

El propio Profeta (PBd) nos marcó ese camino de la normalidad durante su vida y por eso de él se dice que era uno más entre los demás. Alguien podría argumentar que eso era así porque realmente él no se vio obligado a vivir en una sociedad con costumbres distintas a las suyas, olvidando que el Islam nació siendo minoría dentro de una sociedad con unos valores absolutamente contrapuestos a los que propugna el Islam, como nos ocurre a nosotros aquí y ahora, y así permanecieron durante muchos años en el periodo de Meca, sufriendo los musulmanes incluso las persecuciones que tos vosotros conocéis.

Desgraciadamente muchos musulmanes tienen una visión simplista del mundo dividiéndolo entre dar al Islam, la tierra de los musulmanes, y dar al harb, la tierra de la guerra, para ellos toda la tierra que no forma parte de dar al Islam. Pero realmente esto no es así, pues toda tierra que no sea habitada por una mayoría de musulmanes no puede ser por ello considerada como territorio de guerra, ni mucho menos. Dar al harb existe verdaderamente, pero se limita únicamente a aquellos países o sociedades que explícitamente manifiestan su aversión contra el Islam y los musulmanes y los combaten, como por ejemplo el ente sionista de Israel.

Sin embargo entre dar al Islam y dar al harb existe una tercera categoría olvidada por esos musulmanes como es dar ul hutna, es decir, la tierra del pacto, del encuentro, de la convivencia, esa tierra en la que sin ser una tierra islámica, los musulmanes pueden vivir entre el resto de la sociedad sin que explícitamente estén sometidos a persecución o peligros, es decir, tierras como Europa o España, sociedades como las que nosotros vivimos.

Recordemos al respecto, por ejemplo, como en medio de esas persecuciones en la etapa de Meca a las que antes me refería, El Profeta (PBd) envió a un grupo de musulmanes prominentes a instalarse en Etiopía, una tierra por supuesto no musulmana, en la que los musulmanes buscaron y encontraron refugio por muchos años.

No es de recibo, como algunos promueven, vivir en dar ul hutna pretendiendo ignorar de un modo u otro al resto de la sociedad, o incluso enfrentándose a ella pro la simple justificación de que esta no es musulmana.

Establecer como criterio de relación social únicamente la creencia religiosa es un error, ya que el concepto de la justicia se antepone al de la creencia.

Existen multitud de narraciones del Profeta (PBd) y de los Imames (P) en las que se nos muestra la normalidad de su trato con los no musulmanes, amén de la cantidad de normas islámicas en las que se nomina a los musulmanes a garantizar la dignidad y los derechos de los no musulmanes.

Narraciones en las que se nos muestra esa interacción social cuando comerciaban o dialogaban con ellos, cuando visitaban a sus enfermos, cuando impartían justicia a su favor o cuando honraban a sus difuntos por ejemplo.

Imam ‘Ali (P) dice que el ser humano puede ser de dos tipos; o bien un hermano en la religión, o bien alguien que se nos asemeja como criatura. Es decir que quien no sea musulmán no por eso deja de ser una criatura de Dios, por eso debe ser alguien con quien rechacemos el trato. El Profeta (PBd) no fue enviado por Dios únicamente como bendición especial para los musulmanes, sino como rahmatan lil ‘alamin, como bendición para el universo, para todas las criaturas.

Como decía al principio, hay cosas en nuestra religión que nos distinguen del resto de la sociedad y que nos impiden ser miméticos a ella. Pero esto no quiere decir que debamos construir un muro que nos separe, pues al igual que hay cosas en las que divergimos absolutamente, también hay otros aspectos que nos unen a nuestros conciudadanos, a esas otras criaturas de Dios que nos rodean.

Por tanto nuestra relación con el resto de la sociedad debe basarse en el respeto y la educación, sabiendo mantener el equilibrio entre esta interacción social y la salvaguardia de los principios y normas básicas de nuestra religión.

Esto último, sin que signifique por supuesto una ruptura con el resto de la sociedad, nos obliga ciertamente a establecer unos límites y a mantener siempre una precaución preventiva en esta relación.

Esos límites nos deben ayudar a no caer tampoco en lo que podríamos llamar un afecto excesivo hacia nuestros conciudadanos no musulmanes, el cual pueda inconscientemente hacernos bajar la guardia en la salvaguarda de nuestros principios como musulmanes. Por tanto, aún siendo necesaria nuestra interrelación con el resto de la sociedad, debemos también mantener ciertos límites y no permitir que un excesivo aprecio haga de ellos nuestros maestros, nuestros líderes o guías, o nuestros cónyuges por ejemplo, pues esos límites en la relación con los no musulmanes también están marcados por Allah (SWT) en el Corán, como medio para preservar nuestra religión, nuestro din.

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UAL ‘ASR...

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2ª Parte: La “feministación” de la sociedad

اَللّـهُمَّ اِنّي اَفْتَتِحُ الثَّناءَ بِحَمْدِكَ، وَاَنْتَ مُسَدِّدٌ لِلصَّوابِ بِمَّنِكَ، وَاَيْقَنْتُ اَنَّكَ اَنْتَ اَرْحَمُ الرّاحِمينَ في مَوْضِعِ الْعَفْوِ وَالرَّحْمَةِ، وَاَشَدُّ الْمُعاقِبينَ في مَوْضِعِ النَّكالِ وَالنَّقِمَةِ، وَاَعْظَمُ الْمُتَجَبِّرِينَ في مَوْضِعِ الْكِبْرياءِ وَالْعَظَمَةِ،

Allahumma ini aftatihu azzana’a bihamdika. Ua anta musaddidu lissauaabi bimmanika. Ua aiqantu Annaka anta arhamu al rahimin fi mauadhi’i al ‘afui ual rahmati. Ua ashaddu al mu’aquibin fi maudhi’i annakaali ua annaqimati. Ua a’thamu almutayabbirin fi mauadhi’i alkibria’i ua al’athamati.

¡Allahumma!, comienzo el elogio con Tu alabanza, pues eres Tú quien conduce infaliblemente y por Tu Gracia, hacia la verdad, y porque he llegado al convencimiento de que Tú eres el más Clemente de los clementes cuando se trata del Perdón y la Misericordia. El más firme de los que castigan, cuando se trata del Castigo y de la Venganza. Y el más Grande de los grandes, cuando se trata de la Gloria y la Majestad.

اَللّـهُمَّ صَلِّ عَلى مُحَمَّد عَبْدِكَ وَرَسُولِكَ، وَاَمينِكَ، وَصَفِيِّكَ، وَحَبيبِكَ، وَخِيَرَتِكَ مَنْ خَلْقِكَ، وَحافِظِسِرِّكَ، وَمُبَلِّغِ رِسالاتِكَ

Allahumma salli ‘ala muhammad ‘adika ua rasulika. Ua aminika. Ua safiika. Ua habibiika. Ua jiaratika min jalqika. Ua hafithisirrika. Ua muballigi risalatika.

¡Allahumma!, Bendice a Muhammad Tu siervo y Tu Profeta, Tu confidente, Tu elegido, Tu bien amado y la mejor de Tus criaturas, el guardián de Tu secreto, el que comunica Tus mensajes.

اَللّـهُمَّ وَصَلِّ عَلى عَليٍّ اَميرِ الْمُؤْمِنينَ، وَوَصِيِّ رَسُولِ رَبِّ الْعالَمينَ

Allahumma ua salli ‘ala ‘aliin amir al mu’minin. Ua uasii rasuli rabbi al ‘alamin.

¡Allahumma!, Bendice también a Tu servidor ‘Ali, ‘Amir al mu’minin, heredero del Mensajero del Señor de los Mundos.

وَصَلِّ عَلَى الصِّدّيقَةِ الطّاهِرَةِ فاطِمَةَ سَيِّدَةِ نِساءِ الْعالَمينَ

Ua salli ‘ala assiddiqati at tahirati fatima saiidati nisa’i al ‘alamin.

Bendice también a la Verídica y Pura Fatimat az Zahra, Señora de las mujeres del universo.

وَصَلِّ عَلى سِبْطَيِ الرَّحْمَةِ وَاِمامَيِ الْهُدى، الْحَسَنِ وَالْحُسَيْنِ سَيِّدَيْ شَبابِ اَهْلِ الْجَّنَةِ

Ua salli ‘ala sibtai alrrahmati ua imaamai alhuda. Al hasan ual husain saidai shabaabi ahlil yannati.

Bendice también a los dos niños de la Misericordia, los dos Imames del Camino Recto, Hasan y Husein, Señores de los jóvenes del Paraíso.

وَصَلِّ عَلى اَئِمَّةِ الْمُسْلِمينَ، عَلِيِّ بْنِ الْحُسَيْنِ، وَمُحَمَّدِ ابْنِ عَلِيٍّ، وَجَعْفَرِ بْنِ مُحَمَّد، وَمُوسَى بْنِ جَعْفَر، وَعَلِيِّ بْنِ مُوسى، وَمُحَمَّدِ بْنِ عَلِيٍّ، وَعَلِيِّ بْنِ مُحَمَّد، وَالْحَسَنِ بْنِ عَلِىٍّ، وَالْخَلَفِ الْهادي الْمَهْدِيِّ، حُجَجِكَ عَلى عِبادِكَ، وَاُمَنائِكَ في بِلادِكَ صَلَاةً كَثيرَةً دائِمَةً

Ua salli ‘ala aimmati al muslimin. ‘ali ibn alhusain, Ua muhammad ibn ‘ali, ua ya’far ibn muhammad, Ua musa ibn ya’far. Ua ‘ali ibn musa. Ua muhammad ibn ‘ali. Ua ‘ali ibn muhammad. Ua Hasan ibn ‘ali. Ua aljalafi alhadi al mahdii. Huyayika ‘ala ‘ibadika. Ua umana’ika fi biladika salaatan kaziratan da’imata.

Bendice también a los Imames de los musulmanes: ‘Ali Ibn al Husein, Muhammad al Baqir, Ya’afar as Sadiq, Musa al Kazim, ‘Ali ar Ridha, Muhammad al Yauad, ‘Ali al Hadi, al Hasan al Askari y el Sucesor. Son Tus evidencias para Tus siervos y Tus confidentes en Tu nación (la tierra). Bendícelos, mucho y siempre.

اَللّـهُمَّ وَصَلِّ عَلى وَلِىِّ اَمْرِكَ الْقائِمِ الْمُؤَمَّلِ، وَالْعَدْلِ الْمُنْتَظَرِ، وَحُفَّهُ بِمَلائِكَتِكَ الْمُقَرَّبينَ، وَاَيِّدْهُ بِرُوحِ الْقُدُسِ يا رَبَّ الْعالَمينَ

Allahumma ua salli ‘ala ualii amrika alqa’imi almu’ammali. Ua al’dli almuntathari. Ua huqqahu bimala’ikatika almuqarrabin. Ua aiidhu biruhi alqudusi ia rabba al’alamin.

¡Allahumma!, Bendice igualmente al Tutor de Tu Orden (precepto), al Qa’im, el Levantador esperado y el Justo esperado. Rodéalo de Tus ángeles, los más próximos a Tu Gloria y sostenlo por el Espíritu Santo, ¡oh, Señor de los Mundos!.

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Hermanos, temamos a Allah con el temor de los esperanzados, afirmémonos en el Islam y aferrémonos al asidero más firme. E igualmente, seamos ordenados en nuestros asuntos.

Hace varias semanas homenajeábamos aquí la figura de Fatima az Zahra (P), la mejor de las mujeres de universo, la única hija del Profeta Muhammad y transmisora de la línea de sucesión de la Casa Profética.

Hablamos de Fatima az Zahra (P) como del ejemplo de perfección de mujer desde el punto de vista islámico, muy distinto por cierto de ese prototipo de mujer que se nos quiere vender en Occidente con su versión incompleta y vacía sobre la igualdad de género, que está llevando a esta sociedad a una corrupción que si se generaliza sería capaz de destruir a la propia humanidad, siguiendo uno de lo más refinados complots sionistas.

Seguramente pocos países como España han sufrido en los últimos tiempos esta ola de feminismo radical, que lejos de buscar la promoción y el bienestar real del conjunto de las mujeres, parece buscar únicamente y por la vía rápida la promoción personal de una serie particular de ellas, para a través de atajos alcanzar unos puestos sociales o políticos tal vez difíciles de conseguir por sus propias capacidades.

Estas medidas de, según ellos, “discriminación positiva”, no hacen más que esconder verdaderas injusticias, dejando por otra parte en muy mal lugar a las propias mujeres y sus capacidades reales.

La política que algunos denominan de “feminizar la sociedad”, lejos de buscar esa “feminización”, término que por otra parte nadie sabe qué significa, lo que verdaderamente busca es “feministizar” la sociedad, es decir, ponerla bajo la égida de la ideología feminista, la cual con su totalitarismo inquisitorial pretende ser impuesta desde los niveles más básicos de la educación escolar, hasta la propia corrupción del lenguaje llegando a veces incluso a situaciones de esperpento, pasando por todos los ámbitos de esta sociedad hasta realmente minarla, corromperla y destruirla por completo.

Quienes contraponen al machismo un error similar como es el feminismo, no hacen ningún favor a las mujeres ni en la práctica las ayudan en absoluto, pues la destrucción social que propugnan las primeras damnificadas, y eso puede verse ha hoy en día, son la generalidad de las propias mujeres.

Tratar a las mujeres como objetos e instrumentos no es algo reservado ni a los hombres en general ni a los machistas en particular, pues las feministas hacen ese mismo uso de las mujeres para conseguir sus objetivos personales y políticos.

La discriminación y la opresión, abierta u oculta, a la que se ha sometido a las mujeres en muchas sociedades a lo largo de la historia y hasta nuestros días es una realidad. Sin embargo el feminismo, lejos de ser una verdadera liberación para el conjunto de las mujeres, no es más de un eslabón más en esa opresión histórica.

Ciertamente el Islam otorga papeles diferenciados y complementarios para hombres y mujeres, pero eso no determina ningún tipo de supremacía de unos sobre otros. Hombre y mujer proceden de la misma esencia divina y por tanto ambos tienen un mismo espíritu divino, no habiendo diferencia en cuanto a las calidades espirituales de ambos y sus facultades para alcanzar la perfección, o en cuanto a sus capacidades sociales o políticas.

También es cierto que la naturaleza de hombres y mujeres, por más que el androginismo feminista lo niegue, son diferentes y eso conlleva necesidades distintas y también potencialidades particulares predominantes en hombres y mujeres, las cuales lejos de castrar y uniformar, como pretende el feminismo, hay que atender pues son las que propician esa complementariedad capaz de llevar adelante una sociedad sana, natural y armónica.

Lamentablemente para el feminismo las cuestiones espirituales no tienen significado alguno, siendo además el hecho religioso uno de tantos sujetos dinamitables en su voracidad destructora. Por desgracia el feminismo sólo atiende a cuestiones materiales.

Pues bien, compartiendo, como ya hemos dicho, que a lo largo de la historia la mujer en las distintas sociedades siempre ha sido privada de una parte de sus derechos, los musulmanes y las musulmanas tenemos que llevar muy a gala que precisamente la revolución que significó el nacimiento del Islam, fue la que por primera vez reconoció a la mujer la posibilidad de disfrutar de todos sus derechos reales. Catorce siglos antes de que esas igualdades sociopolíticas aparecieran en escritos de las Naciones Unidas, el Islam ya se las había otorgado.

El Islam reconoció a la mujer sus derechos económicos, sociales, políticos y jurídicos, en igualdad con los del hombre, pues ambos son seres humanos y entre seres humanos no deben existir diferencias. El principio de igualdad de derechos es la regla general, lo cual no implica la uniformidad absoluta, pues si bien parte de estos derechos se ejercen de forma idéntica tanto por hombres como por mujeres, la puesta en práctica de otros se adapta a la particularidades necesidades de ambos sexos.

No vamos anegar que en la ummah islámica también existen asignaturas pendientes para que el ejercicio de esos derechos sea una realidad en muchos países y sociedades, pero eso no es una carencia achacable a la religión, sino que por el contrario es un problema que existe precisamente por la falta de religión real en esas sociedades o países.

Lamentablemente también el mundo islámico se ha visto contaminado por las ideas del feminismo occidental, de manera leve afortunadamente, pero apreciable en dos direcciones.

Por un lado están quienes propugnan el mimetismo absoluto con el feminismo occidental, negando por supuesto el hecho religioso y culpabilizando al Islam como fuente de todos sus males, atacándolo con la misma violencia que podría hacerlo la más radical de las feministas occidentales.

Por otro lado están quienes, sin negar el Islam ni su islamidad, pretenden sin embargo hacer una relectura completa de la religión a través de esas mismas ópticas occidentales, que en la práctica corrompe y convierte al Islam en una ideología más, moldeable a los caprichos, modas y vaivenes de los tiempos. Este autodenominado “feminismo islámico” olvida que en el Islam, a diferencia de las ideología políticas, es una ley divina, la última ley divina, y por tanto inalterable e inmutable por el tiempo o por los deseos humanos.

El antídoto contra la discriminación remanente en algunas sociedades islámicas no está en menos Islam, sino todo lo contrario. El único antídoto real de la justicia está precisamente en la profundización en el Islam; a mayor purificación espiritual, mejor comprensión y aplicación de las normas divinas.

Alabado sea Allah al principio y al final.

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Hermanos, pido el perdón de Allah y Su Indulgencia de para mí y para vosotros, y pido por el perdón de mis pecados y los vuestros.

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KUL HUA...

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Allahumma otorga alegría a los habitantes de las tumbas.

Allahumma enriquece a todo pobre.

Allahumma sacia a todo hambriento.

Allahumma viste a todos los desnudos.

Allahumma salda la deuda de todo deudor.

Allahumma consuela a todos los entristecidos.

Allahumma retorna a todos los extraviados.

Allahumma libra a todo prisionero.

Allahumma soluciona todos los problemas de los musulmanes.

Allahumma da curación a todos los enfermos.

Allahumma pon fin a nuestra pobreza con Tu opulencia.

Allahumma cambia nuestro mal estado con Tu buen estado.

Allahumma mantennos firmes en Tu camino, y protégenos de la negligencia en el cumplimiento de nuestros deberes hacia Ti.

Allahumma lo que Tú nos has hecho saber de la Verdad, háznoslo aplicar y lo que de la Verdad se nos ha escapado indícanoslo.

Allahumma infunde temor ante la opresión sobre Tus siervos. Asiste a aquellos que no encuentran protector salvo en Ti. Restablece lo que fue alterado de los dictámenes de Tu Libro. Fortalece lo que procede del mensaje de Tu religión, así como la Tradición que procede de Tu Profeta (PBd).

Allahumma ayuda a todos aquellos que combaten verdaderamente en tu nombre y por tu causa y otórgales la victoria.

Allahumma, apresura la reaparición de nuestro maestro, Imam az Zamaan, Al Mahdi (P), que nuestras almas y las de todos en el universo se sacrifiquen por él, e inclúyenos entre sus ayudantes y soldados. Aamiim.

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Jutba pronunciada por el Presidente de la Comunidad Islámica Duodecimana Baiatullah, Mikail Alvarez Ruiz